LA SOCIEDAD DEL
ESPECTÁCULO
Vivimos en un mundo construido
por redes de representación simbólica (culturalmente diferenciadas) que nos
sirven como herramientas de comprensión y percepción de lo que es «nuestra
realidad». Lo podemos ver en nuestro propio cuerpo, el cual está envuelto por
objetos que nos posicionan, nos identifican y nos hacen comportarnos de una cierta manera en un momento determinado. Estas estructuras simbólicas las interiorizamos
tanto que se convierten en algo íntimo, en un hábito, en nuestra forma de
relacionarnos… tan naturales que no somos capaces de cuestionarlas, pero sí lo
hacen otras personas ajenas a nuestra «realidad». Un ejemplo de ello son los
tatuajes un elemento presente en todas las culturas, pero no en la misma medida
ni con el mismo valor simbólico. En Polinesia, más allá de su sentido
estético, los tatuajes otorgan respeto a quienes los llevan, son una forma de
identificarse e indicar el paso de la adolescencia a la madurez con el fin de
proteger su alma.
Los maoríes, en particular, utilizan los tatuajes como una estrategia
en las batallas para espantar al enemigo. En América, los indígenas los tienen interiorizados en su cultura como una
parte de sus rituales espirituales y en las tribus centroamericanas como
conmemoración a los caídos en las batallas y como adoración a sus dioses. Sin
embargo, en Egipto, los tatuajes lo llevan sobre todo las mujeres y están relacionados
con la protección y la deidad. En medio oriente también son las mujeres quienes
los llevan, éstas los utilizan como ornamento nupcial. Actualmente, por
lo general, en occidente tienen una función estética, pero, no dejan de ser un modo de
expresar quién y cómo somos de forma artística. Por todo ello vemos que
dependiendo de la cultura a la que pertenecemos se le atribuye un valor u
otro a un mismo símbolo. No obstante, no en todas las culturas tienen
connotaciones positivas, por ejemplo, durante la Alemania nazi tatuaban a los
prisioneros y en Japón los tatuajes se utilizaban para marcar a los
delincuentes que incumplían las leyes y sin irse más lejos, en nuestra cultura,
a pesar de estar más mediatizados y de formar parte de una nueva moda, que cada vez más gente consume, siguen teniendo connotaciones negativas. Lo cual podemos ver por ejemplo en el cine dónde asocian los tatuajes con los mafiosos o criminales.
(Escarificación en las culturas africanas.). http://tatianague.wixsite.com/tatoo/escarificacion |
(Fotografía: de la película: Eastern Promises, 2007. Reino Unido.) https://www.youtube.com/watch?v=SPSqWOWgCRQ |
«El espectáculo no es un conjunto de imágenes, sino una relación social entre personas mediatizada por imágenes».
Si sumamos a esta reflexión el ejemplo de los tatuajes vemos que
por mucho que las personas digan que llevar un tatuaje es algo “normal” y que
está bien visto por la sociedad no es cierto. Al fin y al cabo, los prejuicios
que se han creado siguen estando presentes en algunos casos como pueda ser
ejercer una profesión y si nos fijamos en los medios de comunicación, los
encargados de hacer que la gente se vista o se maquille de cierta manera, vemos
que en muy pocas ocasiones están presentes lo cual nos lleva a la conclusión de
que siguen sin estar aceptados. No obstante, existen algunas excepciones como
el programa televisivo LA Ink dedicado solamente al
arte de tatuar.
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