CERRANDO CICLOS

        Lo creamos o no vivimos en una sociedad capitalista, fragmentada en diferentes clases sociales dónde no todos tenemos las mismas oportunidades pero, ¿qué pasaría si al cumplir los 20 años pudiéramos elegir una vida mejor e incluso salir de la pobreza quiénes lo estuvieran? La serie original de Netflix 3%, recrea de forma ficticia la sociedad en la que vivimos. En ella sus personajes tienen la posibilidad de salir de la pobreza e ir a Mar Alto, (el otro lado del continente donde no existen conflictos ni pobreza, un mundo paralelo completamente desarrollado en cuanto a medicina y tecnología), pero para ello deben tener 20 años y superar El proceso, en el cuál como bien indica el título de dicha serie, solo el 3% es seleccionado. El relato de esta serie nos puede parecer surrealista, pero si nos paramos a pensar un poco en nuestra vida, ¿quién no ha pasado alguna vez por un proceso de selección? Día a día realizamos pruebas y encuestas dónde existe un perfil/patrón que debemos seguir para poder conseguir un trabajo, e incluso para para poder entrar en una universidad, así pues, no veo que la situación de los personajes y la nuestra sea tan diferente, puede que se trate de una ficción al estilo Los juegos del hambre pero, al fin y al cabo, así es nuestra sociedad.

         

Con esta pequeña introducción doy comienzo a lo que viene a ser la última entrada de este blog, dedicado a la asignatura de Mediaciones culturales en las artes. Supuestamente en esta entrada debería hacer un pequeño resumen de lo que es la asignatura y lo que me ha parecido a mí. No obstante, no voy a hacer ningún resumen teórico de la asignatura puesto que ya se ha abordado mucho contenido y la mayor parte de éste, ya consta en el resto de entradas. Además, sería romper con la metodología tan práctica con la que se ha llevado a cabo la asignatura.

Llegados a este punto, sólo me quedaría la opción de comentar que la asignatura me ha parecido muy interesante, que he aprendido mucho sobre cosas que antes no conocía... o por el contrario, decir que personalmente no me ha gustado (obviamente sin ofender). Sin embargo, me parece un poco absurdo y muy “típico” rellenar las últimas líneas de esta entrada de tal forma, así pues, voy a resumir desde mi punto de vista uno de los aspectos que me ha parecido más importante e interesante de la asignatura, y para ello lanzo la siguiente pregunta ¿Qué pasaría si un día te despiertas y puedes ver, oír, saborear, oler e incluso tocar lo que otras personas de diferentes partes del mundo sienten? Para los protagonistas de la serie Sense 8,

nada de esto es imposible, todos ellos se encuentran conectados sensorialmente, experimentan una misma visión del mundo, son capaces de conocer todos los secretos de los otros siete, verse e incluso conversar a pesar de estar cada uno en un lugar del mundo (Londres, Bombay, Chicago, San Francisco, Islandia, Seúl, Berlín, Nairobi y México), cada personaje pertenece a una cultura, etnia u orientación sexual distinta, pero en ningún momento les supone un 

obstáculo para poder relacionarse, conocerse, y ayudarse mutuamente. ¿Con todo esto que quiero decir? Pues bien, todos nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos, entonces yo me pregunto que si todos pasamos por las mismas etapas a lo largo de nuestras vidas, ¿por qué existen exclusiones sociales? ¿Por qué unos son pobres y otros ricos? …. Preguntas difíciles de responder, que quizás todavía no he conseguido resolver del todo ni creo que pueda puesto que aún me quedan muchas experiencias por vivir pero, sabiendo más acerca del poder de la palabra y la sociedad del espectáculo, me resulta más fácil responderlas. Tal vez, si fuéramos como los personajes de Sense 8, tendríamos la oportunidad de conocer más a las personas y no las jugaríamos sin conocerlas. Volviendo a la realidad, todos sabemos que esto no es posible, nos parezca bien o no vivimos en una sociedad llena de estereotipos, dónde quién tiene el “poder”, está por encima del resto y como dijo Burns(1978):

 «El liderazgo se ejerce cuando las personas movilizan recursos institucionales, políticos, y psicológicos entre otros para despertar, captar y satisfacer las necesidades de sus seguidores». 

Una sociedad a la que parece que se le ha olvidado lo que son los principios y los valores, centrada en el consumo, manipulada por los medios de comunicación y adentrada en un mundo donde las redes sociales e Internet, se han apoderado de nuestras vidas y han forjado una “falsa realidad” creada por nosotros inconscientemente.